sábado, 27 de octubre de 2012

Viaje a Bangkok

Viaje a Bangkok

Estamos en el año 2554 pero no hay naves voladoras, la gente del lugar inhala sin parar unos aparatos extraños y miles de tiendas con logo 7-11 inundan la ciudad….. Tranquilos no estamos en una entrada de ciencia ficción: Bienvenidos a Bangkok, Tailandia. Es 18 de septiembre y cruzamos la frontera Camboya-Tailandia. Contratamos un bus que por 8 dólares nos lleva desde Siem Riep, Camboya, 4 horas hasta la frontera Tailandesa y después de otras 3h más nos deja en Bangkok.

Curiosamente los tailandeses se rigen por otro calendario diferente al nuestro. Para ellos estamos en el año 2554 y es curioso ver como en las “ITV’s” de los vehículos pone esta fecha. Conducen furgonetas o “rancheras” extra modernas , rollo “Ranger de Texas”, con cristales tintados a toda velocidad y de modelos que no hemos visto antes en Europa (todo a lo grande) mientras inhalan sin parar mentol (como los que utilizamos cuando estamos resfriados), están totalmente enganchados! Eso sí, Bangkok, y el resto de Tailandia está plagado de tiendas de la cadena americana Seven Eleven, de los cuales hay que decir que los Tailandeses son grandes consumidores y reconocemos que va bien de vez en cuando tener agua o un café fresquito y seguro disponible en estas tiendas.

Llegamos a Bangkok y nos dirigimos a la famosa calle Kao San . Todo el mundo la conoce y dicen que es la calle más famosa de mochileros de todo el mundo. Al llegar allí nos esperábamos más alojamiento, más gente mochilera autentica y aunque sabíamos que íbamos a encontrar turismo, nos decepcionó bastante. Para que nos hagamos una idea la calle Kao San es una calle ruidosa llena de establecimientos de ropa hippie-americana que solo utilizamos los extranjeros, plagada de puestos de comida callejera con precios elevados y con cientos de bares a lo “guiri” con grandes carteles con los precios de la cerveza y fiesta nocturna. Los masajistas de los centros de masaje te llaman para que te atrevas a hacerte un masaje de piernas o uno tailandés mientras las señoras con gorros tradicionales se empeñan en venderte artesanía o las típicas ranas de madera que suenan como tal, a la vez que los tatuadores intentan venderte un tatuaje o los indios un traje a medida. En fin, la calle Kao San, e inclusive la paralela a esta la cual es prima hermana, es un lugar curioso que seguramente años atrás tenía su esencia mochilera pero que ahora está más enfocada al turismo.

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